Ecografía del pie

Las pruebas diagnósticas suponen un elemento de gran importancia para la exploración y conclusión diagnóstica de las dolencias que refieren nuestros pacientes. Nos permiten conocer con detalle aquello que sólo podemos intuir por la clínica o la sintomatología.

Gracias a su resolución espacial, su bajo coste, su carácter dinámico y su disponibilidad, la ecografía musculoesquelética se ha convertido, en particular respecto al pie y al tobillo, en la técnica de primera elección para el análisis de las estructuras superficiales. Permite analizar los tendones y los ligamentos, pero también las corticales óseas, los retináculos y los nervios.

En realidad, dado que permite visualizar todas las estructuras situadas entre la piel y la cortical ósea, la ecografía es el complemento ideal de las radiografías convencionales, ya que cada técnica revela lo que la otra oculta.

En cambio, como la ecografía no muestra la capa esponjosa del hueso ni las interlíneas articulares, usarla como único método es arriesgado y fuente de errores graves. La ecografía musculoesquelética es una técnica difícil y, por tanto, se considera que es una exploración dependiente del operador.

Un conocimiento profundo de la anatomía y la semiología ecográfica de las lesiones, el uso de un aparato de gama alta y la práctica de cortes comparativos son indispensables para limitar el número de errores, que a menudo han contribuido a desacreditar el método. La topografía superficial de los elementos del pie y del tobillo permite usar transductores de alta frecuencia y gran precisión, y es la única prueba de imagen que permite ver la estructura fibrilar de un ligamento o de un tendón.

Las lesiones de estos dos elementos constituyen la mayoría de las indicaciones de la ecografía, pero también es útil para diferenciar las lesiones de los retináculos, del antepié y de la planta del pie, en particular para el estudio de la aponeurosis plantar. En las lesiones articulares cumple un papel importante, sobre todo para la detección de las sinovitis, aunque la ausencia de visualización de la interlínea impone su asociación a las placas radiológicas.

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